Seamos los Conspiradores del Cambio
Por Carlos de la Rosa Vidal
Esta frase la
hemos escuchado cientos de veces. Muy pocas la hemos entendido y menos veces
hemos sido conscientes de ella. Marilyn Ferguson en su enciclopédico libro La Conspiración de
Acuario sostiene que necesitamos “un cambio de conciencia en un número crítico
de individuos, lo suficiente para precipitar la renovación de la sociedad
entera”.
Seamos los
constructores del cambio que necesitamos. No esperemos que el mundo cambie y
nos arrastre con lo que venga. Conspirar en favor de algo significa
comprometerse para beneficio de un número de personas cada vez en aumento. El
cambio empieza por uno mismo. Le hacemos un favor al mundo cuando el cambio
empieza por nosotros.
Cambiar según
el diccionario de la
Real Academia de la
Lengua significa dejar una cosa o situación para tomar otra.
Y cuando la situación que vivimos nos desespera tenemos la opción de cambiarla.
Cuestión de decisión pero también de valor, tengamos el valor de reconocer que
algo no nos gusta y optemos por cambiar para mejor. Si somos hijos
desagradecidos, pésimos padres, parejas insensibles, empleados mediocres démonos
la oportunidad de voltear la moneda.
Habrán labios
burlones, miradas de desprecio, indiferentes, envenenadoras, pero a pesar de
todo tú cambia lo que necesites cambiar
con quienes también lo decidan. De repente te cruzas con individuos que todo lo
ven mal y a todos le echan la culpa y buscan responsables en todos los rincones
menos en ellos mismos. Y cuando les hablas del cambio de perspectiva explotan.
Este libro
puede llegar a tus manos porque quieres ser mejor persona que ayer. También
puede caer en manos de quienes piensan que todo esto es una tontería. No les
hagas caso yo me topo todos los días con gente envenenada de mediocridad y les
deseo suerte porque ellos han decidido que la vida es así.
Creo que la vida es como tú quieres que sea.
Cuando
escribo esto me informan de la muerte del Papa Juan Pablo II, anunciada
oficialmente por los cardenales en el Vaticano, a las 9:37, hora de Roma. Me
entristezco porque fue un verdadero constructor del cambio, un conspirador de
los sueños. Y también me alegro porque cumplió.
Y se multiplicó entre sus enseñanzas. Esto necesitamos: multiplicar el
cambio tanto personal y colectivo, contagiar la oportunidad de ser mejores.
Te
dirán: quién eres tú para querer cambiar
a los demás. No saben ellos que no podemos hacer cambiar a los demás sólo
invitarlos a que experimenten el cambio. La decisión es personal.
Escribo lo
que mucha gente piensa, lo que estoy viviendo y observando de la humanidad. Lo
que vivo. Sólo creo ser un intermediario, un periodista de los sueños. Si te
das cuenta te escribo como si hablara con un amigo. Como si estuviéramos
conversando. Yo te escucho y espero que sonrías.
No he
inventado nada, todo les pertenece a los maestros y hay maestros en todos
lados. Un niño me puede enseñar, un atardecer, la alborada siempre me enseña.
Una sonrisa me hace cambiar. Sabemos que el mundo cambia todos los días así
como las noticias que transmiten los medios masivos de información.
¡Sí se puede!